Las medidas para combatir la pandemia provocaron el cierre de más de la mitad de los locales que había en la ciudad durante el 2019. Los que quedaron en pie tienen reservas completas al menos hasta octubre.
Uno de los sectores que más padeció la cuarentena fue el de los salones de fiestas: más de la mitad de los que había en 2019 debió cerrar sus puertas. Los que lograron mantenerse en pie, dos años después, están teniendo revancha: en la mayoría cuesta hacer una reserva y hay casos en los que ya tienen todo ocupado hasta noviembre.
“De 90 o 100 que había en la prepandemia, ahora quedamos entre 25 y 30. Un desastre”, describió Justino Delia, de la cámara que agrupa a los emprendedores del sector. Y, enseguida, explicó: “No hay una verdadera recuperación porque tuvieron que cerrar más de la mitad de los que existían, pero los que sobrevivimos estamos trabajando a pleno. Hay mucha demanda y poca disponibilidad. En algunos casos, no hay turno libre hasta octubre o noviembre”.
Obligados a cerrar desde marzo de 2020, muchos de esos salones debieron bajar la persiana. “No tuvimos casi asistencia del Gobierno, ni ATP ni ninguna otra ayuda. Y muchos no lo pudieron sostener. Algunos pudieron negociar los alquileres con los dueños de los salones pero otros no. Yo, por ejemplo, me tuve que mudar”, contó el regente del salón ubicado en Santiago del Estero y Matheu.
Otros, como el caso de Cristina Pérez, lograron negociar con el propietario el monto del alquiler. “Eso nos salvó. Si no, hubiese tenido que cerrar, porque abrí en noviembre de 2019 y en marzo de 2020 tuve que cerrar durante casi un año y medio. Fue muy duro”, contó la titular del salón ubicado en Libertad 5859.
Fiesta fantástica
El servicio base para las fiestas infantiles, en general, contempla el alquiler del salón (con juegos inflables y canchas de fútbol, por ejemplo), la animación, un camarero y una persona en la cocina, para 25 chicos e igual cantidad de grandes. Los alquileres cotizan desde 10 mil pesos, aunque puede llegar a los 22 mil pesos dependiendo del lugar. A ese piso se le pueden sumar el costo de catering o adicionales por mayor cantidad de gente.
Si anteriormente la costumbre era festejar los cumpleaños de los más chicos, tanto tiempo de encierro y soledad empujaron “a la gente a salir, juntarse, celebrar”. “Ahora se festeja todo, los grandes también, además de los bautismos o comuniones. Se notan esas ganas de juntarse y de celebrar”, añadió Cristina Pérez.
“Estamos teniendo alta demanda, porque hay menos oferta y además la gente quiere juntarse a festejar. Nosotros no tenemos fechas libres, alguna fecha perdida puede haber, pero después está todo reservado”, explicó Analía Guerra, quien desde hace una década está al frente del salón de fiestas infantiles de La Rioja casi Paso.
Además, recordó que “transitar la cuarentena fue bastante difícil, pasamos mucho tiempo estando cerrados y casi sin ayuda estatal. Aguantamos y recién después de las vacaciones de invierno del año pasado logramos trabajar con continuidad, porque también la gente sintió seguridad para festejar”.
Para congelar los precios de los alquileres, hay que dejar una seña en el momento de la reserva, aunque en otros salones “trabajamos con tarifas predeterminadas. Por ejemplo, para diciembre el servicio base es de 24 mil pesos”, adelantó Delia, cuando hoy esa misma tarifa es de 21 mil pesos.